En mi última publicación en el blog, exploré los desafíos que enfrentan las mujeres en la sociedad feminista actual al abrazar su feminidad. Hoy, quiero centrar la atención en los hombres y explorar las dificultades que encuentran al abrazar su masculinidad en una cultura feminista.
Hay numerosos problemas que abordar aquí, especialmente en lo que respecta a los ideales tradicionales de la masculinidad. Estos ideales ya no necesariamente coinciden con las expectativas sociales, lo que lleva a sentimientos de inadecuación o incertidumbre entre los hombres. Por ejemplo, algo aparentemente simple como sostener la puerta abierta para una mujer —un gesto de cortesía y respeto— puede generar dudas en un mundo donde las mujeres son alentadas a afirmar su independencia.
En una sociedad donde se alienta a las mujeres a ser autosuficientes y asertivas, los hombres pueden sentirse inseguros respecto a actos tradicionales de caballerosidad o gestos románticos como invitar a alguien a salir, temiendo que sus acciones puedan ser malinterpretadas.
El feminismo, en su impulso por la igualdad, ha contribuido involuntariamente a un sentido de desmasculinización para algunos hombres. Esto ocurre cuando un hombre siente que se le priva de su rol o identidad masculina tradicional, lo que genera una sensación de debilidad o ineficacia.
En mi publicación anterior, resalté cómo las mujeres aspiran a encarnar rasgos tradicionalmente asociados con la masculinidad, como la fuerza, la independencia, la asertividad y la innovación. Sin embargo, cuando las mujeres muestran estos rasgos, a veces son recibidas con percepciones negativas. De manera similar, cuando los hombres exhiben estos rasgos, pueden ser injustamente etiquetados como autoritarios o agresivos, basándose en estereotipos obsoletos del comportamiento masculino.
Es crucial comprender la necesidad de fomentar una sociedad que valore y apoye tanto las cualidades masculinas como las femeninas sin disminuir ninguna de ellas. En lugar de denigrar los rasgos masculinos, celebremoslo. Imaginense una comunidad donde se anime a los hombres a abrazar su masculinidad no como una muestra de dominio, sino como una fuerza de crianza para el cambio positivo (yo pienso que el cambio seria extremo).
Cuando se permite a los hombres abrazar y nutrir su masculinidad, prosperan y contribuyen positivamente al crecimiento y avance de la sociedad.