En esta publicación, quiero adentrarme en un tema que parece ser altamente controversial entre las mujeres hoy en día: ¿cómo podemos abrazar completamente la feminidad en esta era del feminismo? ¿Es realmente factible? Parece que estos términos tienen diferentes significados para diferentes mujeres.
Navegar por este terreno no es fácil, gracias a las expectativas establecidas por la sociedad. Existe esta idea de que la feminidad y el feminismo están en desacuerdo, con normas sociales que dictan cómo deberían pensar y actuar las mujeres.
¿De dónde viene esta división? ¿Y por qué algunas mujeres encuentran difícil abrazar su feminidad dentro del marco del feminismo?
Al investigar esto, encontré todo tipo de opiniones sobre el feminismo y la feminidad. Mientras que el feminismo generalmente se ve como político, no es un secreto que se ha convertido en una gran parte de la vida de muchas mujeres. Se trata de sentirse fuerte e independiente, impulsando cualidades como la fortaleza, la confianza y el expresarse.
Pero abrazar tu feminidad puede sentirse como equilibrarse en una cuerda floja. Cosas como ser “emocional”, “cuidadosa” y “sensible” se consideran femeninas pero a veces se perciben como débiles. Por otro lado, ser fuerte y seguro de sí mismo encaja más con el feminismo. Sin embargo, es interesante cómo los rasgos que normalmente pensamos como masculinos también encajan en las ideas feministas. Te hace preguntarte de dónde viene eso, ¿verdad? (Pista: hablaré sobre ello en otra publicación).
Y luego está esta idea de que la feminidad se trata solo de apariencia: maquillaje, ropa y todo eso… Es un poco confuso, para ser honestos.
La realidad es que: el feminismo no se trata de cambiar quiénes somos, sino de romper barreras. Para entender realmente lo que es la feminidad, necesitamos desechar estos conceptos erróneos y repensarlos. Es difícil definir la feminidad, pero creo que es más fácil verla en una mujer que es verdaderamente ella misma.
La feminidad auténtica abarca la fortaleza mental: una mujer que permanece firme en sus creencias pero que también está abierta al crecimiento y al aprendizaje, reconociendo que no tiene todas las respuestas. Posee cualidades que son inherentemente únicas y no fácilmente definidas. La feminidad es nuestra fuerza, nuestra resistencia, nuestra autenticidad. Se trata de mantenernos firmes en nuestras creencias mientras permanecemos abiertas de mente y adaptables. Es posible que no tengamos todas las respuestas, pero estamos dispuestas a aprender y crecer, tal como somos: seres complejos y multifacéticos.
Las mujeres pueden ser fuertes, independientes, asertivas, valientes, innovadoras, emocionales, amorosas, vulnerables, cariñosas y humildes. Estas cualidades no son estrictamente masculinas o femeninas, son simplemente humanas.
Y aquí va un último pensamiento: al haber luchado por el empoderamiento e independencia, ¿hemos olvidado el valor de los roles y rasgos femeninos tradicionales? ¿Realmente tenemos que renunciar a ser femeninas para demostrar que somos fuertes y capaces? ¿Deberíamos minimizar nuestro lado amoroso solo porque la sociedad lo ve como débil? Es triste que hayamos marginado roles como el cuidado y el mantenimiento del hogar en nuestra búsqueda por romper estereotipos y tener éxito en diferentes áreas.
Así que mientras seguimos luchando por el empoderamiento, no olvidemos la importancia de los roles y rasgos femeninos tradicionales. Son tan valiosos como cualquier otra cosa.